A veces la información es dura, desgarradora, sobrecogedora. "Mueren cinco menores en un accidente de microbús en un pueblo de Badajoz". Datos fundamentales: cinco fallecidos entre 13 y 15 años; venían de jugar un partido de fútbol sala; choque entre el microbús en el que circulaban y una máquina agrícola; accidente ocurrido a las 21:22 horas en el kilómetro 3,5 de la BA-051, entre Castuera y Puerto Hurraco.
Como es lógico, hay más información (heridos, días de luto, reacciones de políticos...), pero esos aspectos complementarios pierden relevancia pronto. Comienza entonces a emerger la información banal. Su único objetivo es mantener actual aquella información dura, desgarradora, aterradora que tanto nos impresionó en un primer momento.
Esta mañana el informativo de la Cadena SER (a las 9:00 horas) abre con la noticia del accidente. Planteamiento: conexión con el Instituo Anatómico Forense en el que la familia espera a que se realicen las autopsias. Falla la conexión. Se recuerdan los datos básicos (fallecidos, edades, causa inmediata) y se añade un total del alcalde de Monterrubio de la Serena, que casi se acaba echando a llorar.
Al final del boletín informativo, se retoma la conexión en directo. Información: dolor desgarrador de las familias, que esperan a que comiencen las autopsias. "Os podéis imaginar", se suele decir antes de empezar el relato informativo en este tipo de situaciones.
El boletín de las 10:00 comienza de nuevo con esta noticia. El presentador recuerda otra vez los datos más importantes y da paso a dos crónicas. La primera, desde la capilla ardiente, acaba así: "luce el sol, pero no en los corazones". La segunda crónica, desde el Anatómico Forense, termina de este modo: "los chicos venían de jugar un partido de fútbol. Un partido que, por cierto, ganaron".
Quizá (en el mejor de los casos) toda esta información banal se ofrece sin mala intención. Sólo para ganar tiempo, para sostener la noticia, para mantener la atención de la audiencia mientras llegan nuevos datos otra vez impactantes, desgarradores. Puede ser.
El boletín de las 10:00 comienza de nuevo con esta noticia. El presentador recuerda otra vez los datos más importantes y da paso a dos crónicas. La primera, desde la capilla ardiente, acaba así: "luce el sol, pero no en los corazones". La segunda crónica, desde el Anatómico Forense, termina de este modo: "los chicos venían de jugar un partido de fútbol. Un partido que, por cierto, ganaron".
Quizá (en el mejor de los casos) toda esta información banal se ofrece sin mala intención. Sólo para ganar tiempo, para sostener la noticia, para mantener la atención de la audiencia mientras llegan nuevos datos otra vez impactantes, desgarradores. Puede ser.
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