martes, 24 de junio de 2014

La enseñanza universitaria

   Por un día pido al sufrido lector licencia para distraerme. Solicito a la amable lectora que me permita olvidar provisionalmente la escritura periodística. Incluso la escritura. Esa férrea y caprichosa temática me ha dejado sin audiencia. Solo quedas tú, singular lector. Solo queda usted, generosa lectora. De ahí que necesite recurrir a las malas artes de la crónica mundana. Un blog sin lectores, además de una tautología, es una dolorosa bofetada al aire 
   La crónica mundana comienza con una graduación universitaria. Ocurrió la semana pasada. Ya la invitación que recibí indicaba con claridad de qué van estas cosas: "acto de Graduación del Grado en Periodismo". Todo con muchas mayúsculas. Todo muy solemne, muy formal. En la ropa, al menos. Me gusta acudir a estas citas con un traje de los que utilizo a menudo para ir a clases: precisamente porque una clase cualquiera merece al menos la misma solemnidad que suscitan estas coloridas fiestas. En los discursos, tanto de los profesores como de los alumnos, muchas bromas. Cada quince segundos, un chascarrillo. Pienso en dos palabras para definir este tipo de ceremonias: "galas", "eventos".

sábado, 14 de junio de 2014

Verdades al gusto del consumidor

   Eso dicen o sugieren muchos de los que claman contra la objetividad. "La objetividad no existe", aseguran. Pues claro que no existe. Quién discute eso. Para qué querríamos que existiera. Por lo demás, la objetividad es una víctima fácil. Da gusto revolverse contra ella. Como no existe, no se defenderá nunca. Ni atacará a nadie. La objetividad es el enemigo perfecto.

lunes, 2 de junio de 2014

Abdicar

   La prensa española, este 2 de junio de 2014, se hizo verbo: "abdicar". En portada. A cinco columnas (perdón por el anacronismo). En cualquier periódico de casi cualquier ideología. "Abdicar". Curioso verbo.